Si había alguien capaz de enfrentarse a un argumento de ciencia ficción tan colosal como el de Blade Runner ese era Denis Villeneuve. Una gran elección para la producción que trae al frente una continuación tal vez innecesaria pero atractiva en todo caso.
Tal vez los personajes de Blade Runner y Star Wars son, junto a Indiana Jones, los más representativos de toda la carrera de Harrison Ford. Volvió al universo Star Wars para el séptimo episodio, hará lo propio con Indiana Jones y ahora podemos ver el resultado de su vuelta al emblemático "caza-replicantes" de Blade Runner. Un personaje de gran impacto en la imaginería popular del cine de ciencia ficción desde hace más de tres décadas.
Algo que impacta en sobremanera es la fotografía escogida para la ocasión en Blade Runner 2 (2049). Dejando atrás la sempiterna lluvia de la original, ahora nos lleva hasta un mundo polvoriento, pardo, terroso, oxidado. Se ven en gran medida los muchos millones de dólares invertidos en el proyecto para dejar de lado el 3D para ir a la "vieja escuela".
Las novedades, con Ryan Gosling al frente -reclamo indudable para un posible futuro si la maquinaria carbura adecuadamente- lo hacen bien. Tal vez habría faltado un clímax más adecuado a algunas escenas de esas que quedan en la retina como "hits" dentro del proyecto -en especial con una ciertamente desaprovechada Ana de Armas-.
'Blade Runner 2' es una película correcta, cara. Las comparaciones son odiosas, y en este caso no se deberían de hacer, porque a pesar de todo no alcanza el nivel de la original, tal vez por partir de un listón que no se debería haber tocado.